Siempre me ha gustado probar diferentes sistemas operativos, por lo que tengo experiencia en Windows y en varias distribuciones Linux (Arch Linux, Chakra, Ubuntu, Linux Mint…), aunque actualmente en mi ordenador personal solo tengo instalado Windows 8.1. No os voy a mentir, actualmente no utilizo ninguna distribución Linux por comodidad. Para conseguir que una distribución Linux (salvo algunos casos) funcione perfectamente reconociendo todo tu hardware, hay que dedicarle tiempo. Tiempo que ahora dedico a otras actividades (como escribir aquí, por ejemplo). Esto no es una crítica a Linux, ni mucho menos. Para mí es un sistema operativo con muchas más posibilidades que Windows y en muchos casos más estable.
Ahora bien, ¿qué hago hablando de Linux en este post? Bueno, esto se debe a que, como sabéis, para Linux no existe malware potencialmente peligroso. Por ello, es muy complicado infectarse utilizando Linux, sobretodo porque la mayoría de los usuarios de este sistema operativo tienen cierta experiencia y actúan con cabeza. Actuar con cabeza, navegar con cabeza… esa es la clave. En Windows, debido al alto riesgo de infección, la mayoría de usuarios utiliza un antivirus en su PC. Pero, ¿quién necesita un antivirus navegando de forma segura y no visitando páginas web extrañas? Nadie. Esa es la razón por la cual, desde que compré mi portátil, no he instalado ningún antivirus. Basta con un firewall, como el que incluye Windows (aunque no sea ninguna maravilla).
En mi opinión, desde el lanzamiento de Windows 7, este sistema operativo se ha vuelto más seguro. Microsoft es consciente del peligro de infección que sufría Windows XP, y ha ido mejorando la seguridad de su sistema con el tiempo. Aún así, sigue siendo fácil infectarse, pero la mayoría de los casos de infección se producen por navegar por páginas web extrañas de cualquier tipo. La idea es clara: la infección, en muchos casos (teniendo en cuenta que existen vulnerabilidades en los sistemas operativos), es culpa del usuario. Si eres ese usuario que, sin pensarlo, abre un enlace recibido en su correo electrónico de dudosa confianza, hace clic en un banner publicitario tipo «tu ordenador está infectado«… etc, por favor, usa antivirus e intenta actuar con más cautela. Sin embargo, si eres ese usuario que desconfía de todo, bienvenido al club «no necesitamos antivirus». Más claro, el agua.
Como ya sabréis, un antivirus es un software pesado, que consume muchos recursos del sistema y en muchas ocasiones es molesto. No es necesario utilizar un software de este tipo si utilizamos nuestro PC de forma segura y realizamos un mantenimiento mínimo, utilizando aplicaciones como CCleaner, MalwareBytes Anti-Malware y similares, para realizar escaneos periódicos en busca de posible software malicioso.
En definitiva, dependiendo del usuario, el uso de un antivirus será necesario o no lo será. Pero si utilizamos nuestro ordenador personal con cabeza, en un principio no es necesario tener un antivirus escaneando nuestro sistema constantemente, aunque debe quedar claro que esta es una opinión personal y que, por supuesto, en otros entornos sí que es necesario el uso de un software de seguridad potente para evitar problemas graves.